06 noviembre 2013

SÍNDROME DE ESTOCOLMO


El coche ha sido, y sigue siendo, altamente dañino para los habitantes de las ciudades, aún así, en general la gente no protesta contra esta invasión de máquinas en nuestras poblaciones.

En esta ciudad, hasta hace bien poco, los coches no se dignaban a parar en los pasos de peatones. Mientras los futuros automovilistas hacían sus prácticas de conducir, y hasta el mismo día del examen, cumplían las normas a rajatabla, pero al día siguiente de tener la licencia en sus manos se aceptaba socialmente que se pasaran por el forro el derecho de sus convecinos.