11 septiembre 2014

La ciudad que necesitamos



La promoción de los modos blandos de transporte es el mejor recurso para disminuir la alarmante contaminación de nuestras urbes, una de las primeras causas de muerte y enfermedad en Europa, y crear ciudades más amables y humanas.

La asociación de ciclistas urbanos Las Palmas en Bici reconoce y agradece el esfuerzo de las actuaciones de mejora a la movilidad ciclista que el Ayuntamiento de la ciudad está llevando a cabo, siguiendo el Plan Director de la Bicicleta aprobado el pasado año. Por primera vez en Las Palmas de Gran Canaria vemos actuaciones realizadas en base a un plan estratégico. Desde hacía muchos años las políticas de movilidad alternativa habían desaparecido de la agenda de nuestro Ayuntamiento y nada relevante se llevaba a cabo, lo cual ha sido recogido por diferentes estudios que manifiestan que la capital grancanaria se encuentra a la cola en lo que se refiere a movilidad sostenible.

El Plan Director de la Bicicleta de Las Palmas de Gran Canaria supone un gran paso para la movilidad ciclista de esta ciudad y, por ende, para todos sus habitantes – usuarios y no usuarios de la bicicleta – que se verán beneficiados indistintamente. Esto no es una moda ni un capricho. Las directrices de la Unión Europea son claras en ese sentido. La promoción de los modos blandos de transporte es el mejor recurso para disminuir la alarmante contaminación de nuestras urbes, que es una de las primeras causas de muerte y enfermedad en Europa. 225.000 europeos mueren al año por enfermedades relacionadas con la polución*. La apuesta por la movilidad sostenible disminuye la contaminación atmosférica y acústica y la peligrosidad en las urbes, entre otras muchas cuestiones que inciden positivamente en el bienestar de sus habitantes. La mayoría de las ciudades del planeta están acometiendo reformas importantísimas para recuperar la movilidad ciclista, descongestionando el espacio público abusivamente ocupado por los automóviles y así disminuir los niveles de contaminación y mejorar la eficiencia energética. Aunque, como es lógico, puedan existir divergencias y propuestas alternativas a los detalles y trazados concretos del Plan, esta asociación coincide plenamente con el objetivo final del proyecto como lo que es: un importantísimo paso hacia la pacificación viaria de esta ciudad. Valoramos además, este proyecto porque es el resultado de la colaboración de valiosos técnicos y expertos en movilidad ciclista, tanto locales como nacionales, externos e internos del Ayuntamiento de la capital.

El Plan Director fue diseñado con un doble propósito. Por un lado, el objetivo es atraer a nuevos usuarios que opten por la bici en sus desplazamientos cotidianos y animar a los actuales a bajar de las aceras, mediante carriles que incrementen la percepción de seguridad; y por otro, la finalidad se centra en no perder de vista que la ciudad debe ser ciclable en su totalidad, con el objetivo a largo plazo de incrementar el número de usuarios de la bicicleta como medio de transporte cotidiano, así como la mejora paulatina de la convivencia con otros vehículos. Todo ello con el fin último de convertir Las Palmas de Gran Canaria en un espacio amable para el tráfico ciclista y el resto de usuarios del espacio público. En este sentido, Las Palmas en Bici advierte que los carriles no deben convertirse en armas de doble filo que impidan la normal circulación de las bicis por otras vías. La bicicleta es –por ley– un vehículo más, y tiene pleno derecho a usar las calzadas, siempre respetando las normas y al resto de los usuarios.

De todos es sabido que la ciudad baja de Las Palmas de Gran Canaria tiene un enorme potencial como espacio ciclable, pero también reconocemos la dificultad de su trazado por las limitaciones de su territorio. Las vías paralelas a la costa son escasas y la saturación de vehículos que las ocupan es enorme. Como resultado de ello, los carriles que se habilitan no son a veces los ideales y las soluciones son variadas y menos convencionales. Somos conscientes de las dificultades, pero las vemos como una oportunidad, pues son el camino hacia la ciudad que necesitamos: una ciudad amable, segura, limpia y menos ruidosa; en definitiva, más humana, donde el automóvil pierda su supremacía sobre las personas y los ciudadanos recuperen sus derechos: el derecho de los niños a ser autónomos, a ir a la escuela en bici y salir a jugar a la calle sin el temor de perder la vida arrollados por enormes máquinas que se desplazan a toda velocidad; el derecho de los ancianos a moverse por aceras continuas, sin bordillos ni rampas que dificulten su equilibrio; el derecho de los ciudadanos a que los coches aparcados no formen barreras interpuestas en el paso de los viandantes, los carritos de bebés o las sillas de ruedas; el derecho a que los ciudadanos de a pie puedan acercarse a disfrutar del mar sin que 6 carriles de autovía les obliguen a dar rodeos de kilómetros. Necesitamos una ciudad donde, en definitiva, recuperemos la cordura y las personas estén por delante de las máquinas.


* “La contaminación atmosférica, importante causa de muerte”. Fundación Vida Sostenible www.vidasostenible.org (Feb. 2012)